Tablas de Piedra

CAPITULO 2

El Problema de Dos Versiones

 Como segundo punto introductorio al tema, debemos asegurarnos de conocer exactamente qué era lo que estaba escrito en las Tablas de Piedra. No será posible entender el significado teológico de las Tablas del Pacto si no conocemos con exactitud qué es lo que exigen esos términos del pacto. En primer lugar, debemos saber qué deberes son requeridos antes de poder discutir su naturaleza y propósito. Si no estamos hablando de la misma cosa, todo resultará en confusión y malentendidos.

¿Qué era lo que estaba escrito en las Tablas de Piedra? ¿Exactamente qué son los "Diez Mandamientos"?

 ¿Exactamente qué escribió el dedo de Dios en las Tablas del Pacto? Algunos pensarán que tal pregunta es superflua; otros, tal vez, se sorprenderán de que comencemos con algo tan "sencillo". El hecho de que nadie comience por aquí, meramente "asumiendo" que todos conocen la respuesta, es indicativo de la ignorancia existente sobre los Diez Mandamientos, y las malas teologías que por ende han resultado.

 En primer lugar, notemos que la Biblia da dos "versiones" distintas de los Diez Mandamientos que fueron escritos en Tablas de Piedra. ¡Y a la verdad que hay diferencias bien grandes entre ambas!  La siguiente tabla compara las diferencias entre las dos versiones, narradas en Exodo 20 y Deuteronomio 5.  El primer mandamiento hasta el tercero, y el sexto hasta el noveno, son casi idénticos.  Las diferencias más notables están en el cuarto y quinto mandamiento. Ya que aquí nuestro interés enfoca sólo en el hecho de que hay dos versiones distintas, solamente señalaremos las diferencias en el cuarto mandamiento.

 Una línea en guiones(---) indicará que falta algo en esa narración que aparece en la otra; palabras en bastardillas indicarán algo añadido en dicha narración que no aparece en la otra.  Con sólo ojear la gran cantidad de líneas en guiones, y palabras en bastardillas, podemos ver que hay gran diferencia entre las dos narraciones de este mandamiento.  Sorprende que dichas diferencias sean casi totalmente ignoradas por los teólogos.

EXODO 20

8. Acuérdate del día del sábado
para santificarlo
.
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9.
Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra,
10. mas el séptimo es sábado
para Jehová tu Dios; no hagas
en él obra alguna, tú, ni tu hijo
ni tu hija, ni tu siervo, ni tu
criada,
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ni tu bestia, ni tu extranjero
que está dentro de tus puertas,
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11.
Porque en seis días hizo
Jehová los cielos y la tierra,
el mar, y todas las cosas que
en ellos hay, y reposó en el
séptimo día; por tanto Jehová
bendijo el día del sábado y lo
santificó.
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DEUTERONOMIO 5

12. Guardarás el día del sábado
para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado
.
13.
Seis días trabajarás y harás
toda tu obra.
14. mas el séptimo día es sábado
a Jehová tu Dios; ninguna obra
harás tú, ni tu hijo, ni tu hija,
ni tu siervo ni tu
sierva,
ni tu buey, ni tu asno, ni ningún
animal tuyo, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas,
para que descanse tu siervo y
tu sierva como tú.
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15.
Acuérdate que fuiste siervo
en tierra de Egipto, y que
Jehová tu Dios te sacó de allí 
con mano fuerte y brazo
extendido; por lo cual Jehová tu
Dios te ha mandado que guardes
el día del sábado.

 Es muy obvio que existe una gran diferencia entre la narración del cuarto mandamiento de Exodo 20:8-11 y la de Deuteronomio 5:12-15.  Moisés dio, claramente, dos razones totalmente distintas como motivaciones para la observación del sábado:  la primera, el ejemplo divino de Génesis; la segunda, la liberación de Israel de Egipto.  Pocos escritores señalan estas diferencias entre las dos versiones de los Diez Mandamientos, y la mayoría de ellos ni procura lidiar con el problema obviamente creado ante la imposibilidad de que haya dos cosas totalmente distintas escritas en las mismas Tablas de Piedra.

 El escritor A. W. Pink, en su comentario sobre Exodo, jamás toma nota del problema.  Walter Chantry, en su libro God's Righteous Kingdom (El justo reino de Dios), no sólo pasa por alto la existencia de estas diferencias, sino que usa Deuteronomio 5:22 de tal manera que complica el problema.(4)  Insiste en que cuando Moisés dijo: "y no añadió más", Dios explícitamente quiso decir que "nada podía ser añadido a los mandamientos según se narran en Deuteronomio 5:1-21.  Esto significa que ninguna de las cosas halladas en Exodo 20, y que son omitidas en Deuteronomio 5, pueden ser añadidas a dicho pasaje para poder ser consideradas parte del mandamiento que realmente se escribió en piedra.  El escritor Patrick Fairbairn, en The Revelation of God in Scripture (La revelación de Dios en las Escrituras), es el único que seriamente intenta resolver el problema.(5)  Sin embargo, no menciona el problema creado por Deuteronomio 5:22.

 Creemos que es más justo decir que cualquier esfuerzo de buscar el significado y la función verdadera de las Tablas de Piedra -en la historia de la redención- que no comience estableciendo clara y precisamente qué estaba escrito en esas Tablas, está destinado a la confusión y contradicción.  ¿Cómo es posible conocer el verdadero significado de unos mandamientos si ni siquiera estamos seguros de sus verdaderas exigencias?

 De igual manera, nos sentimos justificados en pensar que cualquier entendimiento que alguien pueda tener del significado de los Diez Mandamientos es muy superficial si ni siquiera ha notado que la Biblia ofrece dos versiones distintas de los mismos.

¿Qué significa el hecho de que en la Biblia hay dos versiones distintas de los Diez Mandamientos?

 Número uno: La inspiración verbal de la Biblia.   No estamos hablando aquí de dos versiones de una parábola o de un milagro. Estamos considerando unos mandamientos únicos, muy especiales, de gran significación, que fueron escritos con el dedo de Dios.  Nada puede ser más específico y exacto que eso.  No es posible que Dios haya escrito en las Tablas de Piedra tanto la narración de Exodo 20 de los Diez Mandamientos como la de Deuteronomio 5.  Algo anda mal aquí y hay mucho en juego hasta tanto se resuelva el problema. Tal vez la solución sería más fácil si las dos versiones hubiesen sido escritas por dos autores.  Pero, en este caso, Moisés es tanto el autor de Exodo 20 como el de Deuteronomio 5.

 Patrick Fairbairn usa la teoría básica del "equivalente dinámico" para reconciliar ambas versiones.  Según él, un escritor puede usar palabras o frases distintas en dos narraciones diferentes del mismo evento, resultando en que ambas signifiquen lo mismo.  Aun si se aceptara tal método como legítimo, no podría estirarse hasta poder reconciliar las diferencias radicales entre Exodo 20 y Deuteronomio 5. ¿Cómo puede ser la liberación de Israel de Egipto, obrada por Dios, el "equivalente dinámico" de la obra creadora de Dios en seis días, con un descanso en el séptimo?

 Insistir en que los Diez Mandamientos, según fueron dados en Exodo 20 y en Deuteronomio 5, son la "eterna e inalterable ley moral de Dios" sólo añade al problema.  ¿Será posible creer que Dios dio las Tablas de Piedra como su "ley moral inalterable" -y muchos predicadores insisten en ello... sin pruebas- y a la vez creer que le dio a Moisés dos versiones distintas de dicha "ley moral inalterable"?

 Tal noción debería alertar a una mente seria a detenerse... a pensar.  Una cosa es cierta: ¡Es necesario reconciliar ambas versiones entre sí antes de poder saber a ciencia cierta qué es lo que está escrito en las Tablas de Piedra!  Hay gente discutiendo vehementemente unas "leyes inalterables" sin siquiera saber qué es lo que requieren.

 Básicamente, sólo hay tres posibles avenidas para abordar el problema de las dos versiones distintas de los Diez Mandamientos. Estas son:

1. Que la Biblia se contradice a sí misma.  Todo cristiano verdadero rechazará tal explicación.

2. Que en Deuteronomio 5, a Moisés se le "olvidó" lo que Dios realmente escribió en las Tablas de Piedra, según Exodo 20, y por eso omitió la parte relacionada a la creación (Fairbairn es débil en esto).  Además, Moisés "añadió" en Deuteronomio 5 lo de la liberación de Egipto, a pesar de no ser parte de los Diez Mandamientos originales en Exodo 20.  Rechazamos tal explicación como una versión "racional" de la primera.

3. Que lo único que se escribió en las Tablas de Piedra fueron los mandamientos básicos.  Que en el caso del cuarto, todo lo que se escribió fue: "acordarte has del día sábado para santificarlo".  Las demás palabras relacionadas a la observación del sábado, tanto en Exodo 20 como en Deuteronomio 5, son comentarios añadidos por Moisés, no parte específica del mandamiento que fue escrito en las Tablas de Piedra.

 Esta última solución es, obviamente, la única consistente con la inspiración verbal, aun cuando pueda crear ciertos problemas a los teólogos. Sería muy apropiado que Moisés, parado en el Sinaí, guiara a Israel hacia el Dios de la Creación, motivándolos así a obedecer la recién dada señal del pacto, a saber: el mandamiento del sábado. Como veremos, el sábado del séptimo día era precisamente la "señal" del pacto Mosaico que instituyó a la nación de Israel como cuerpo político en el Monte Sinaí.  Sería igualmente apropiado que en la segunda ocasión en que se les da la ley (en Deuteronomio 5), Moisés les recordara los derechos redentores de Dios sobre ellos, por causa de la recién obrada liberación de Egipto mediante sangre y poder.

 Ambas razones combinan los derechos creacionistas y los reclamos redentores de Dios sobre su nación escogida, fijando así una doble obligación para la obediencia al pacto y su señal.  Sin embargo, es obvio que ninguna de estas dos razones dadas por Moisés -para motivarlos a santificar el séptimo día- eran parte del mandamiento original, escrito en las Tablas de Piedra.  Ambas razones son comentarios añadidos por Moisés para enfatizar el profundo significado de la señal del pacto (el sábado) que recién acababa de instituirse en Israel.

 Número dos:  Su relación al Mandamiento del sábado.  Es imposible usar a Exodo 20:11 para probar que el sábado del séptimo día era una tal "Ordenanza de la Creación".  Habría que "añadir" tal concepto a la versión de Deuteronomio 5 para que fuese parte del mandamiento.  Sin embargo, como el mismo Walter Chantry ha mostrado claramente, Deuteronomio 5:22 prohibe tales adiciones.

1. Dios habló "estas palabras" (5:22) se refiere a las palabras acabadas de hablar en el 5:1-21.

2. En Deuteronomio 5 no hay mención alguna de la Creación; tampoco hay mención de la liberación de Egipto en Exodo 20.

3. Moisés enfatiza el hecho de que "Dios no añadió más" a lo dicho en el 5:1-21.

 Al citar a Deuteronomio 5:22, Chantry tiene como meta probar que el sábado del séptimo día es una Ordenanza de la Creación. Sorprende que él no haya visto que sus comentarios sobre el 5:22 imposibilitan el uso de Exodo 20:11 como prueba de que el sábado comenzó en la Creación.  Para que Exodo 20:11 sea parte del Cuarto Mandamiento, él debe mostrar cómo puede añadir dichas palabras a la narración de Deuteronomio 5 sin admitir que las palabras, "y no añadió más", realmente no significan "y no añadió más".  Si alguien desea creer que el mandamiento de la observación del sábado existía antes del Sinaí, deberá encontrar su evidencia en una fuente que no sea Exodo 20 ni Deuteronomio 5.

 Número Tres: Nuestra Posición Teológica sobre la "Ley Moral". Según ya dijimos, es necesario preguntar:  "Si Dios quizo que las Tablas de Piedra revelaran su 'ley moral inalterable', ¿nos habría dado dos versiones distintas de lo que escribió?  Creemos que esto sería contradictorio.  Necesitamos una mentalidad nueva que piense y hable en términos bíblicos, no teológicos.  Necesitamos decir "muéstrame los textos bíblicos" antes de aceptar términos teológicos como iguales a las Escrituras en su autoridad.

 Dejemos de nombrar a los Diez Mandamientos "inalterable ley moral de Dios" y comencemos a pensar y hablar de ellos según la Biblia lo hace.  Tal como los escritores bíblicos, debemos llamarlos: "Tablas del Pacto", o cualquier otro de sus sinónimos.  Cuando oímos las palabras, los "Diez Mandamientos", nuestro primer pensamiento debiera ser automáticamente: las Tablas de Piedra del Sinaí. Mientras no hagamos esto, ni pensaremos ni hablaremos según la Biblia.

 Ahora bien, no estamos sugiriendo que no hay "leyes morales" en las Tablas de Piedra.  Los Diez Mandamientos contienen mucha --es más, mayormente-- ley moral, tan obligatoria para el creyente de hoy como para el que vivió bajo Moisés.  Sin embargo, eso dista mucho de decir que los "Diez Mandamientos", según fueron escritos en las Tablas de Piedra, son LA "inalterable y eterna ley moral de Dios".

 Hemos de fijar en nuestras mentes que la Biblia siempre habla de los "Diez Mandamientos" como una unidad, o lista codificada, que en sí misma constituye el documento de un pacto.  Ese documento es el Decálogo, o "Diez Palabras".  Al caducar dicho pacto, todo lo que representaba también caducó.  Otra cosa es hablar de los deberes morales específicos requeridos por los mandamientos, nueve de los cuales son repetidos claramente por nuestro Señor en los cuatro Evangelios, y por los apóstoles en sus epístolas.

 Todo lo que Dios demanda es "ley moral" para la persona bajo esa ley.  Recoger leña en el sábado era una de las cosas más inmorales que una persona podía hacer bajo el Pacto Antiguo, y no porque hubiera algún mal inherente en el acto de recoger leña. No obstante, el que así hizo fue apedreado hasta la muerte porque había violado el Cuarto Mandamiento, señal del pacto, que prohibía toda labor física en el día séptimo.  Y así, un mandamiento de naturaleza ceremonial vino a ser el más alto deber moral posible cuando Dios lo estableció como la señal del pacto.  Diremos más acerca de esto en otro capítulo.

 Bajo el Pacto Antiguo, que requería el apedreamiento de un hombre por recoger leña, no era inmoral que un hombre tomara una segunda esposa.  El mismo "Libro del Pacto" que decía: "acordarte has de santificar el séptimo día", también requería que el hombre que tomara una segunda esposa durmiera también con ambas (Exodo 21:10).

 Ocurre todo lo contrario bajo el Nuevo Pacto. La señal ceremonial del Antiguo Pacto -el sábado- caducó cuando el pacto del cual era la señal fue abolido en Cristo.  El séptimo mandamiento fue cambiado por Cristo, el nuevo Dador de la Ley y, como resultado, la poligamia ahora es pecaminosa.  No era pecado contra la supuesta "ley moral de Dios", según el pacto bajo el cual vivió David; pero sí es pecado de acuerdo al Nuevo Pacto bajo el cual vive el cristiano hoy. La Biblia define los deberes morales de acuerdo a las leyes vigentes del pacto específico bajo el cual uno vive, no según un código imaginario de "ley moral inalterable."

Resumen

 El hecho de que en la Biblia hay dos versiones distintas de los Diez Mandamientos crea ciertos problemas.  Se escribió sobre las Tablas de Piedra mucho menos de lo que algunos piensan.  Deuteronomio 5 y Exodo 20 presentan versiones distintas del Mandamiento del sábado.  Parece improbable que Dios haya querido que pensemos en los Diez Mandamientos como su "inalterable ley moral" cuando ni siquiera estamos seguros de lo que en realidad requerían.  El pacto bajo el cual vive una persona define su deber a Dios.  Un deber "moral" para Israel no es necesariamente un "deber moral" para el cristiano.  A éste se le ha dado un código moral mucho más alto bajo el Nuevo Pacto debido a sus demandas mayores y el poder de la gracia.

Notas del capítulo 2: _____________________________________

4 Vea p.87-88, "God's Righteous Kingdom", Walter Chantry, Estandarte de la Verdad

5 Vea p. 325, "The Revelation of God in Scripture", Patrick Fairbairn, Guardian Press.


 
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