CAPITULO 6 El
Sábado del Séptimo Día Ya que las Tablas de Piedra eran específicamente un pacto, estaban acompañadas de una "señal de pacto" particular. Sabemos que pocos escritores y predicadores piensan en el sábado como la señal del pacto que fue escrito en Tablas de Piedra; sin embargo, ello no obedece a que la Palabra de Dios no sea clara ni enfática en ese particular. A menudo surge la siguiente pregunta cuando el sábado es el tema bajo consideración: "¿Si el sábado no era parte de la 'ley moral', por qué se incluyó en las Tablas de Piedra como uno de los Diez Mandamientos?" ¡Si todas las preguntas que nos hacen fueran tan fáciles como ésta para contestar! El sábado era la señal del pacto; por tanto, tenía que ser parte del documento de pacto 'del cual era la señal'. Así de sencilla es la respuesta. Los siguientes textos no sólo declaran que el sábado era la señal del pacto establecido en el Monte Sinaí, sino también su gran importancia:
Este pasaje bíblico establece los siguientes hechos: 1. Los Diez Mandamientos son sinónimo de las "Tablas de Piedra" y las dos "Tablas del Testimonio". Son el documento de pacto que instauró el 'estado' especial, nacional, de Israel ante Dios: "dos tablas del testimonio, tablas de piedra, escritas con el dedo de Dios". 2. El sábado, o cuarto mandamiento, era la señal del pacto completo: "guardarán pues el día del sábado los hijos de Israel... por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel." 3. La señal del pacto, o sábado, es representativa del pacto completo. Violar la señal del pacto era, en efecto, rechazar todo el pacto: "guardaréis el sábado... por pacto perpetuo." 4. El pacto fue hecho sólo con la nación de Israel. "Guardarán, pues, el día del sábado, los hijos de Israel... señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel..." 5. La esencia del mandamiento del sábado era la abstención de todo trabajo. "... porque cualquiera que haga obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo... seis días trabajarás, mas el día séptimo es reposo a Jehová... cualquiera que trabaje en el día de sábado, ciertamente morirá." El siguiente pasaje de Ezequiel es de gran ayuda en este punto. No sólo muestra que el sábado era la señal del pacto, escrito en Tablas de Piedra; muestra también que su importancia se debe al hecho de que era la señal del pacto. Lea con cuidado el texto:
Note el "por tanto" del verso 13 y su relación al verso 16 y 20. Israel había cometido muchos pecados serios, pero no fue sino hasta que "profanaron el sábado" que cayeron en cautiverio, mostrando así que violar la "señal" del pacto era tan serio como rechazar el resto del pacto. Profanar el sábado era el pecado más grave que Israel podría cometer. La duración de uno de sus cautiverios fue determinada a base de los años que habían desobedecido la ley del año sabático, el cual ordenaba un descanso determinado para la tierra. (Jeremías 29:10-11; II Crónicas 36:21) Es claro que, en lo que a castigo se refiere, el más importante de los Diez Mandamientos era el cuarto, y ésto por ser señal del pacto. El que un juicio -el cautiverio de setenta años- haya venido por causa de la violación a la ley del año sabático, muestra que todos los sábados eran tan santos como el del séptimo día. Será de gran provecho examinar algunos de los pasajes que aseveran la importancia de la señal del pacto. Nos ayudará a entender el castigo, aparentemente desproporcionado, que fue aplicado en varias ocasiones. ¿Por qué recoger leña en el sábado era una ofensa capital? Durante mucho tiempo ponderábamos la terrible severidad del juicio de Dios sobre un hombre sólo por haber recogido leña. Al entender lo que en este libro discutimos, comprendimos cuán horrible pecado el hombre había cometido. A continuación el pasaje:
Este no fue un caso de "ser duro con el primero como ejemplo a los demás" de parte de Dios. Recoger leña en el sábado era uno de los peores pecados que un hombre podía cometer bajo el Antiguo Pacto, porque estaba violando la "señal del pacto", y en efecto, rechazando el pacto en su totalidad. El sábado era -para la relación de Israel con Dios- lo que un anillo es al matrimonio. Ambos son señales visibles de un pacto. El anillo es la "señal" del deber incurrido de cumplir los votos juramentados en la ceremonia. Quitarse el anillo, arrojarlo a la otra persona e irse, sería una negación de la relación matrimonial. Eso mismo ocurría con la violación del sábado bajo el Antiguo Pacto, por ser éste la señal del pacto. Violar el sábado invalidaba la relación de pacto con Dios. Profanar ese día era negar los votos juramentados en el Sinaí. Era como si le hubiese escupido en la cara a Dios, yéndose en rebeldía y desafiante autosuficiencia a ocuparse en alguna tarea física. Una
comparación entre el pacto mosaico y otros pactos, muestra que el
sábado del séptimo día Todo pacto importante siempre tendrá su señal de pacto. Al comparar el idioma bíblico, usado en el establecimiento de otros pactos, podemos ver que los Diez Mandamientos eran un pacto distinto, específico y separado de otros. Los textos establecen, más allá de toda duda, que el sábado era la señal del pacto dado a Israel en el Sinaí. Observe las siguientes comparaciones:
Así como no podemos negar que Dios hizo un pacto particular con Abraham, tampoco podemos negar que lo hizo con Moisés. Similarmente, no podemos negar que el sábado era la señal del pacto escrito en Tablas de Piedra, como tampoco podemos negar que el arco iris era la señal del pacto hecho con Noé o la circuncisión la señal del pacto con Abraham. Una comparación entre las dos razones dadas como motivación para santificar el sábado nos ayudará a entender el propósito de la "señal" del pacto. La frase, "como Jehová tu Dios te ha mandado", que sigue al mandamiento de santificar el séptimo día, se halla en Deuteronomio 5:12, pero no en Exodo 20:8. El porqué no es a la inversa debe ser muy obvio. La frase en Deuteronomio 5:12 no puede referirse a la creación, sino a Exodo 20:8, pues dicho mandamiento no fue dado sino en los días del Sinaí. Dios no "ordenó" a Adán a guardar el sábado; ahora bien, en el Sinaí, él sí ordenó a Israel a guardar el sábado como señal del pacto recién establecido con ellos. Otra razón por la cual es imposible hacer de esta frase una referencia a la creación es la causa específica dada -en esta versión de los Diez Mandamientos- para la observación del sábado. Veamos: Deuteronomio 5:15 ni siquiera menciona el descanso de Dios en la creación. La razón específicamente dada para "recordar el sábado" es: la redención de Egipto mediante el éxodo. ¿Cómo podría Dios haber requerido, en el huerto en Edén, que recordaran la liberación de Israel de Egipto? Imagínese que a Adán o a Abraham se les hubiera requerido "santificar el día del sábado, porque yo les liberé de la esclavitud en Egipto". No tendría el mas mínimo sentido. ¿Qué es lo que "recordamos" en la mesa del Señor? ¿Qué énfasis debemos notar en las palabras de nuestro Señor, al instituir la señal memorial, la ceremonia del Nuevo Pacto? ¿Cómo deberíamos sentirnos al oir o leer las siguientes palabras?:
¿Qué debería sentir nuestro corazón durante el servicio memorial, al "recordar" la verdad representada por los símbolos -el pan y la copa- del Nuevo Pacto? Debería sentir la libertad y el gozo de la seguridad del perdón. No hay lugar para sentimientos de esclavitud y temor, cuando nos gozamos ante el recuerdo de la muerte de nuestro Señor Jesucristo por nuestros pecados. Cuando recordamos su promesa de regresar algún día, nuestras mentes y emociones deberían estar llenas de esperanza y gozo. ¡Cuán diferentes nos sentiríamos si fuéramos adventistas del séptimo día y estuviéramos recordando la razón por la cual nos reunimos el sábado en vez del día del Señor! Pensaríamos en Dios como nuestro Creador, Dador de la Ley y en el pacto de ley escrito en las Tablas del Pacto. Nuestra reunión sería en honor a la señal del pacto bajo el cual estaríamos adorando. Recordaríamos los justos reclamos del pacto requeridos por Dios. Por causa de nuestro pecado, las Tablas de Piedra aún serían el código escrito sobre nosotros. Según nuestras mentes recordaran el Pacto Antiguo (Diez Mandamientos), oleríamos el humo del Sinaí y oiríamos sus ruidos y truenos. Ahora bien, ¡es ésta, precisamente, la experiencia que el Sinaí debía producir en la conciencia de aquellos que estaban, bajo el pacto, sujetos a él! Es precisamente ése el propósito para el cual Dios dio dicha ley. Y el propósito de la señal (el sábado) era: recordarles los términos de dicho pacto. Además, las Escrituras en ningún momento cambian la naturaleza y la función de dicho pacto... tampoco la de su señal. La función de las Tablas de Piedra, según la intención de Dios, no era traer gozo y esperanza, sino convicción y temor. Las mismas reglas morales, que capacitan nuestras mentes a poder agradar a nuestro Padre celestial, funcionaron en la conciencia del israelita como un pacto condenatorio de vida y muerte (II Corintios 3:16-18) de parte de su Dios del pacto. Recuerde: ésa fue la intención declarada de Dios al darles las Tablas de Piedra. Una
tabla comparativa entre las señales memoriales Veamos dichos contrastes entre el Antiguo y el Nuevo Pacto:
Tan pronto veamos el contraste, tan claro, que Cristo establece cuando instituye el servicio memorial que celebra el Nuevo Pacto, todo cae en su lugar. Cuando Jesús dijo: "Haced ESTO en memoria de MÍ", estaba contrastando el Nuevo Pacto y su señal con el Antiguo Pacto y su señal. Estaba diciendo, en efecto: "En lugar de guardar el sábado en memoria de la vieja creación, y la redención física de Israel, haced ESTO en memoria de MÍ, y la redención que he obrado." El Antiguo Pacto ataba al hombre a Dios, Creador y Dador de la Ley, y celebraba la obra de la vieja creación. El Nuevo Pacto nos ata a Dios, Redentor nuestro mediante el Señor Jesucristo, y celebra la obra de la nueva creación. El primero nos recuerda el pecado; el segundo, el perdón. Al leer I Corintios 11:25-27, enfatice la palabra "esto" y considere el contraste que Cristo señala entre el Antiguo Pacto, que él sustituyó, y el Nuevo Pacto, que él estableció.
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